Una noche de Semana Santa se convierte en todo menos en sagrada, si tras un día de escapada llega la noche, y tras unas caricias y arrumacos, terminan uniéndose los labios en un beso, corto al principio, pero que termina en sexo improvisto cargado de lujuria..
Y al dia siguiente amaneces recordando cómo es posible que una persona así haya convertido esa noche en un recuerdo que va a quedar grabado, hasta un sabado de abril en el cual se da uno cuenta de que le usan como un juguete, y a partir de ese momento conviertes toda esa pasión en un sentimiendo de asco...
Así es a menudo, la forma de ser de las mujeres fatales...