domingo, 7 de junio de 2009

Ese cosquilleo.

A nadie le gusta madrugar, es un hecho constatado por cualquiera. Pero, la cosa cambia si hay algún motivo por el que levantarse, y en ese preciso instante levantarse a las 5:30 de la mañana no es ningún problema, si a las 6 horas de autobús te encuentras con una de las experiencias mas agradables a la vez que impactante y aterradora, donde se mezclaron emoción, miedo, nervios....

Y es que los amores a distancia y la primera vez en que se ven, se besan, se abrazan, es como una explosión de confeti, un grito al aire que suena a un por fin! o ya era hora!

y esos dias que pasas con esa persona las vives como si no hubiese mañana, vives el minuto, el segundo que pasas oliendo, saboreando, sintiendo a la otra persona en una agonía porque sabes que no es infinito ese paraíso, esa utopía....

Sin embargo, y con otras 6 horas de autobús, todo sentimiento se vuelca al polo opuesto; la alegría se convierte en llanto, los nervios y el miedo en ansiedad y oposición a la separación, porque sabes, intuyes, sientes, que la espera ardua puede durar tal vez un mes, tal vez dos meses, un sin vivir en el que sabes que la tienes, sabes que te quieren, que te aman, pero sin embargo no la tienes a tu lado, está a 600 kilometros sintiendo en ese preciso instante todo lo que sientes tu....


y la pregunta es:¿quién tira del carro para que esto continúe?¿quién será el primero en derrumbarse?

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