Todos los semanas, todos los días, todas las horas, repiqueteando en mi mente, demasiadas cosas por soltar, demasiadas que me callo. Es porque me he acostumbrado a guardarme, a encerrarme, a echar el cerrojo y y tirar la llave, y ahora que es el momento de soltarlo todo no encuentro el llavero, y al rato ni siquiera me acuerdo de dónde he puesto las ganas.
Sólo por que hay a menudo busco un motivo para escaparme, para desaparecer, ¿acaso es malo buscar la soledad, o incluso la compañía de un amigo?
y me pregunto: ¿Debería rebuscar para encontrar el llavero, o dejarme llevar y olvidar todo?